...GAUDEAMUS IGITUR...

El viernes, tuvimos la suerte y el orgullo de acompañar a nuestro hijo pequeño en el día en que la promoción del 2006-2010 de Sociología de la Universidad de La laguna, celebraba su orla.

Como dice la primera estrofa del himno universitario, nos alegramos. Nos alegramos por la insultante juventud de Cesar, nuestro pequeño, porque esta a punto de culminar un importante reto que es formarse y obtener una titulación. Nos alegramos de verle a el tan alegre, como siempre, aunque se le escapase algo de ese nerviosismo previo a las cosas que nos impactan o nos importan. Lo de tener que subir por la tarde, en el acto, al estrado para hacer entrega de un ramo de flores a la decana en representación de los colegas, lo de enfundarse el traje... y seguramente todo lo que pudiese pasar la tarde noche del viernes, le tenia un poco descentrado.

Nos recogió en el aeropuerto y nos llevo al hotel. Luego recorrimos el casco histórico de la laguna, paseando hasta la hora de la comida. Una ciudad maravillosa que bien merecido tiene el ser patrimonio de la humanidad. Preciosas casas construidas algunas en el siglo XV, otras en el XVII y en el XVIII. Cuidadas y mimadas para poder mostrarse a los laguneros y al sin fin de turistas que recorren las calles en pantalón corto, sandalias con plano y cámara de fotos en ristre.

Nuestro encantador hotelito era la casa construida en el siglo XVIII (1736) por el marques de Torrehermosa. Frente por frente al teatro Leal en la céntrica calle de la Carrera.

A las seis y media, comenzaba el acto en la sala magna “Gumersindo Trujillo” de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la universidad. Todo transcurrió con la elegancia, el orden y el boato de las celebraciones que cuentan con solera y arraigo dentro de los que forman esa comunidad universitaria. Ceremonia entrañable que año tras año, promoción tras promocion caminara de la mano de los docentes y de los alumnos hacia la eternidad coronada con su “Gaudeamos igitur...”. Todos de pie recordando cuando de jóvenes a nosotros si nos hicieron aprenderla a cantar y nos explicaron su significado y origen.

Cesar como siempre estuvo genial. Sin dejar de ser el mismo, con una sonrisa de oreja a oreja, fue orlado por la madrina y el padrino de su promoción con una foto suya de pequeño presidiendo este momento.

Al ver aquella foto de cesar en el salón del piso de Francisco Gourie, en Las Palmas, con los muebles del Ikea detrás y su camisa de Fido Dido; volví a percatarme de lo deprisa que nos pasa el tiempo. Parece que fue ayer y hoy, aquí en la universidad de La Laguna alegrándonos de su juventud...

Te quiero Cesar. Te quiero con birrete y con nariz de payaso. Seas como seas y de cualquier forma siempre te querremos Cesar, incipiente sociólogo, proyecto de rebelde. No dejes nunca de ser tu mismo. Mantén siempre tu dignidad y se integro.