CUALQUIER TIEMPO PASADO NO SIEMPRE FUE MEJOR

Ella no entendia nada, solo tenia 12 o 13 años y no comprendia por que su hermano, 5 años más pequeño, tenia esas reaccines, lo entendió mucho más tarde. Hacia como tres años, se habian quedado sin madre, los dos fueron ingresados internos en colegios de Auxilio Social, eran cinco hermanos, pero ellos dos, eran los que, si no estorbaban, tampoco hacian falta para nada, los dos mayores podian ayudar y el mas pequeño tenia la polio, una enfermedad que tambien les golpeo en aquellos años, él fue el unico caso que se dió en el pueblo donde habian nacido.

Esa mañana quizá estaba más enfadado que de costumbre, apareció en el salón de la casa, llevaba un petate... habia anudado algo de ropa al extremo de un palo y se lo colgo al hombro,

_¡Me voy de casa!, dijo, su hermana le miró y le parecio que lo estaba diciendo muy en serio.
_¿Como que te vas de casa?
_¡¡Que si, que me voy!!
La chica se dirigio corriendo a la puerta de la calle y abriendose de brazos se puso delante, impidiendole la salida
_Tú no te vas....
Forcejeó con su hermana, pero ella apretó sus manos contra la pared, no estaba dispuesta a dejar que se fuera, en ese momento ella era la responsable, ¿que diria su hermana? que tan solo con dos años más era la que los cuidaba, les hacia la comida y muchas cosas más, además todo lo hacia estupendamente, ¡no la podia fallar!. Inmersa en sus pensamientos, no se habia dado cuenta que su hermano se acercaba con un cuchillo en la mano y apuntándola la dijo que se apartara

_Quitate de la puerta, que tengo que salir. Los ojos de ella se llenaron de lágrimas.
_Te lo pido por favor, no te vayas......
_¡Que te quites!, ya te he dicho que quiero irme de casa, asique ¡¡DEJAME!!
Seguia con el cuchillo en la mano, ella se apartó de la puerta suplicándole por favor, por favor, por favor....
Desde dentro de casa y sin dejar de llorar, escuchaba a su hermano como bajaba la escalera, ¡¡les habia fallado a todos!! y ahora que sería de ese niño ¿donde iba a ir?, solo tenia 8 o 9 años..... se volvian a oir pasos en la escalera, claro que era una escalera comunitaria, podria ser cualquier vecino, pero no, los pasos acababan en su puerta, ¡¡su hermano se habia dado la vuelta y ya estaba en casa ortra vez!!, ¡Dios! cuanto se alegró ella.

_Me da mucha alegria que te hayas arrepentido.
_No me he arrepentido so imbecil....
Volvió a oir la puerta, ¡¡nunca habia sido tan oportuna la llegada de su padre!!, ahora lo entendia todo,
_No volvieron a hablar del episodio, ni entre ellos, ni con nadie, de mayores, cuando lo recuerdan se rien, y la verdad no es para menos, la imagen del canijo aquel con el petate al hombro les causa tanta gracia como ternura.

Despues de pasados unos años, ella le entendió mejor que nadie, con cinco años fué a Auxilio Social, a esa corta edad lo separaron de su familia y se lo entregaron a las monjitas de la "caridad" y a la Falange, el trato que allí le dieron hizo que se revelara contra el mundo. Pensó muchas veces en escaparse, pero no estaba seguro de saber volver a casa, le parecia que estaba lejisimos. En vacaciones cuando regresaban a casa entre los dos se contaban sus odiseas en sus respectivos colegios, las comidas que les daban y lo mal que se lo hacian pasar. Cuando llegaba la hora de volver, hubo ocasiones en las que se ataba a una cama que tenian de hierro, como si eso le salvara de ingresar de nuevo.

Hoy solo son malos recuerdos, o quizá a estas alturas sean buenos, porque este tipo de vivencias que a cualquiera les hubiera perdido, a nosotros nos hizo fuertes, estar muy unidos y querernos muchisimo, claro que en esto tuvo mucho que ver nuestra hermana ELENA.