
Llevaban media hora en el viejo autobús, habian dejado atrás casi una y media de metro, a ella este camino se la antojaba larguisimo, pero aún así no queria que terminara nunca, su hermano mayor la llevaba de vuelta al colegio.

Hacía un año que fué internada y todavia no se había adaptado, estaba siendo muy dificil, en aquel sitio todo era muy triste y si algo primaba era la falta de cariño. Cuando ingresó en el "hogar"de Auxilio Social, tenia 10 años recien cumplidos, parecia que aquella gente se complacia en mortificar a criaturas inocentes con un sadismo dificil de entender, repartian palizas en cuanto ellos creian que sus normas eran infringidas.
Pocos meses atrás habia sufrido un percance, en la actualidad, siempre hay épocas en que los niños se llenan de piojos en los colegios y les mandan a casa hasta que estan limpios, a ella también la descubrieron, estaba infectada, pero no la mandaron a su casa. Una de las monjas la cortó sus rizos dejándola un corte desigual, la roció con flix y con un paño blanco la cubrió la cabeza, la tuvieron así durante tres dias, hasta que morían axfisiados y de paso le salieron unas ampollas en el cuello y las orejas dolorosísimas, la piel de una niña tan pequeña, no aguantó el mortífero gas y se quemó toda. El hecho de ir con el paño en la cabeza, era la marca para que fuera discriminada o al menos ella, lo sintió así ya no se la acercaban igual.
El pelo formaba parte del uniforme, era obligatorio llevar tres trenzas, las dos de los lados y otra arriba, que se unia a la de la derecha, asique durante un tiempo, la marca de las piojosas quedaba demasiado evidente. Era muy frecuente ver aquel enorme patio del mal llamado "hogar" (pues más parecía un siquiátrico o un campo de concentración), a las cuatro o cinco de turno con el turbante a la cabeza y a otras tantas con la sábana colgando de sus hombros, las que se hacían pipí en la cama, para que todas se enteraran, las humillaban durante todo el dia con la sabana a cuestas.
Su hermano no paraba durante todo el trayecto de contarla cosas y animarla, para que no pensara en lo que la esperaba, pero ella llevaba los hojos fijos en la ventanilla, hacía un rato que el paisaje le habia empezado a ser familiar, seguro que estaban a punto de llegar.
_No te preocupes, le dijo, adivinando sus pensamientos, el tiempo pasa tan deprisa que cuando menos te lo esperes estoy aqui otra vez a buscarte y llevarte a casa. Al escuchar a su hermano, estuvo a punto de que el nudo que hacía rato llevaba en la garganta se deshiciera, y se pusiera a llorar como una cria, no podía hacerlo pues en realidad él, solo tenía cuatro años más y no se merecía que le montara el numerito.
Desde el primer dia que entró, las personas que dirigian aquel centro, la doblegaron a sus costumbres, todos los dias tenían que desfilar, rendir homenaje a la bandera con cánticos falangistas y luego estaba la otra parte, los rezos a la Santa Iglesia Católica, misa y rosario diarios, las pobres niñas eran mitad soldados, mitad monjas.
La limpieza del centro tambien corria a cargo de las crias, muy temprano aparecía en todos los dormitorios y dando palmadas gritaba:
_¡Viva Jesús!
_Para siempre en nuestros corazones!, contestaban. Al momento debian estar en pie, pobre de la que se hiciera la remolona. Despues del aseo personal y hacer sus camas, bajaban al patio, hiciera frio o calor y bien alineadas, formadas y con el brazo en alto, cantaban el "Cara al Sol" e hizaban la bandera que presidia aquel patio, sujeta a un mástil enorme, a continuación misa, desayuno y antes de ir a clase hacer de señoras de la limpieza.
Acababan de atravesar un portón enorme que estaba en la parte trasera, ahora pasarian por un hall e inmediatamente bajarian las escaleras que les llevaban al patio, cuando llegaron vieron un montón de niñas correteando y a la hermana que la tocada estar de guardia.
_Bueno ya te dejo aqui, dame un beso, -le dijo su hermano
Se había estado diciendo todo el camino que tenia que ser fuerte, pero al oir que la dejaba y se marchaba, las lágrimas corrieron por su mejillas a borbotones, no pudo retenerlas por más tiempo, la monjita que ya les observaba, se acercó muy "cariñosa"
_Pero bueno, ¿que vas a llorar...?, con lo bien que te tratamos aquí y mira cuantas amiguitas,
_¡¡venir niñas!, llevaros a vuestra compañera y a jugar. Ella miró a su hermano, también lo vió marcharse triste.....
_¿Por que lloras?
_¿Quien es ese?
_¡¡Que chico tan guapo!!
_¿Es tu hermano?, pues no llores, es guapisimo.....
Muchas niñas, sobre todo mayores que ella, que nunca en un año, que llevaba allí la habían dirigido la palabra, ahora la asediaban a preguntas, querian saber quien era aquel chico tan guapo, que la habia traido de vuelta.
_¡¡Es mi hermano mayor!!, dijo orgullosa.
Y a partir de entonces, reconoce que la consideraron mucho más, dejó de ser invisible para muchas, y todo gracias a tener el hermano mayor que tiene y que tambien compartió con ella estos tiempos ya pasados.

Que historia tan bonita y dura a la vez , fijate que cuando la estaba leyendo me dije, date chocolate esta niña y este niño los conozco yo, que bonito .... Te suenan a ti de algo. besitos
ResponderEliminar...ojo con utilizar frases de "recuerdos del futuro pasado" que cobro rollatis...
ResponderEliminarMuy bien, ya era hora, a ver si sigues pero con mas frecuencia.
Para mi seria un honor, si en mi relato hay algo que se parece a tu libro, pues me encanta como escribes, pero tú ya no hables de cobrar ni rollaltis ni leches, pues lo has donado libremente a tus admiradores. ¿A que frases te refieres so mariquita?... ¡¡me has pillao!!
ResponderEliminarBienve,tengo miedo de que pequemos de lacrimojenos,hay que contar tambien las cosas buenas,como cuando en noche buena cenabamos pollo asado!!! con mucha salsa...
ResponderEliminarSe titula cualquier tiempo pasado no fue mejor, (lo siento) y si los de ahora son pa llorar imaginate....
ResponderEliminarme gusta pero creo ke jesus tiene algo de razon un pokito de alegria tambien pues no imagino yo con lo leido tuyo y de martin ke comierais pollo con mucha salsa jajaja
ResponderEliminarsaludos a todos