España de charanga y pandereta

Esta semana me he llevado un chasco considerable. Me ha pasado algo que no pasa casi nunca, algo impensable en mí; he suspendido un examen. No os preocupéis porque la recuperación la tengo en un mes y lo aprobaré seguro.
El bajón que me entró fue considerable, me entristecí mucho y recordé la conversación que tuve hace poco con un colega donde planteábamos ciertas cosas. Cosas como que muchos nos tenemos que partir el pecho para sacar una puta carrera y que al final del camino haya una probabilidad muy alta de que nos espere el paro o un sueldo de mierda. El otro día, mismamente, leí una entrevista a una bióloga con dos masters que se tenia que rebajar el curriculum para poder trabajar; sin embargo, si has sido mujer de un torero y dices que por tu hija matas cobras 24000 euros al mes. No digo que no haya tiempo para divertirse viendo a semejante hija de la gran puta, pero de ahí, a que se haga llamar “princesa del pueblo” cuando cobra más que diez ingenieros juntos hay un cacho. Por supuesto, no voy a caer en la simpleza de acusar a la payasa de Belén Esteban de los problemas de este país, pero joder, ¿es necesario que me de clases de historia? ¿Es necesario que opine de política? ¿Vale todo?

No me extrañaría que alguno vaya a casa de Carmen Lomana a clavarla un cuchillo por haber dicho que los que ya eran pobres antes de la crisis no lo pasan tan mal como los que eran ricos y ahora tienen menos dinero.
Joder, cuando enciendo la tele, quiero que esta gente baile, haga el pino, se maten unos a otros, se ridiculicen, se insulten para poder evadirme un rato, antes de volver a mi “cueva”, donde en épocas como ésta me paso bastantes horas; pero que se salgan de su función circense hablando de cosas que ni saben, ni les interesa, cuando se lo están llevando muerto me hincha un poco los cojones.

Pienso, que según están las cosas, se debería tener más cuidado con lo que se dice en la televisión, donde ninguno tiene problemas de ningún tipo. Lo mejor es que no insulten a mi inteligencia, que de eso ya se encarga el hijo puta que me corrigió el examen.

Manuel Martín Salazar.

Pd: Otro día comentaremos la programación de intereconomia.



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