jueves, 4 de febrero de 2010

3.2. UU.LL. Cheste – Valencia

Mucho y variado se ha escrito sobre las Universidades Laborales. Como casi siempre desde los dos puntos de vista mas distantes, desde los que hablan de este proyecto franquista como algo paradigmático y único, a los que desde el otro lado lo tachan de proyecto falangista para adoctrinar y mantener el control de la clase obrera o un intento manifiesto de desclasar y aburguesar a los mas jóvenes hijos de obreros.

Yo lo tratare de hacer desde quien durante seis años de su vida formo parte como alumno de ese proyecto, tratando de contar y hablar de las vivencias, los compañeros y el paso de aquellos seis años con los ojos de aquel niño de once años que volvería a algo que ya conocía bien: estar interno y eso si, ahora lejos de casa. Os relatare las batallas por supuesto que magnificadas y las peripecias escolares de aquellos, con todo y a pesar de todo, maravillosos años.

Eso si, antes de comenzar con el relato de esos seis años de mi vida, creo que seria conveniente situar en contesto las ya desaparecidas universidades laborales. Para comentar como y por que aparecen las Universidades Laborales, hay que situarse necesariamente en los primeros años después de terminada la guerra civil española.

La guerra civil dejó a España arruinada. En el capítulo material, 300.000 viviendas y 200 pueblos quedaron total o parcialmente destruidos; casi el 40% de las carreteras y los puentes eran inviables; entre el 40 y el 70% del parque móvil ferroviario inutilizado; mas del 23% de la superficie agrícola no se labraba y el 31% de la industria quedó fuera de juego. Si a esto se une la expoliación casi total de las reservas de oro y divisas y la enorme deuda contraída, el panorama era desolador.

Pero con ser grande la bancarrota material, mayor era el desastroso estado de la población. En los tres años bélicos se habían producido en números redondos 300.000 muertos en campaña, 155.000 fallecidos por causas naturales y unos 190.000 exiliados no recuperables. Quedaban 24 millones de habitantes en su mayoría reducidos a la condición de proletarios agrícolas e industriales con un 70% sin trabajo, un 23,7% de analfabetos y solo un 18,2% con nivel de vida asimilable al de las clases medias.

En tales circunstancias, el gobierno franquista comenzó la reconstrucción nacional y a buscar fórmulas que suavizaran la gravísima desigualdad social. Para esto último planteó una política en dos direcciones: Por un lado se lanzó a crear un sistema de seguridad social, mutualidades laborales... del que ya hemos dado cuenta en capítulos anteriores y de otra parte se empeñó en elevar la cultura de las masas proletarias como único medio de arrancarlas de su ancestral subdesarrollo.

Comenzaron por los propios cuarteles, aprovechando a los universitarios que se incorporaron de reemplazo y castigando sin permisos a los soldados que no conseguían aprender a leer y las cuatro reglas básicas, para seguir en 1942 con las escuelas de capacitación social dependientes del Ministerio de Trabajo, al frente del cual se encontraba el insigne falangista José Antonio Girón de Velasco.

Cuentan que en 1948, el Ministro y su Subsecretario plantearon la posibilidad de montar un quimérico régimen de formación profesional que culminara en Universidades Laborales y para trabajar en la idea convocaron a los falangistas Cristóbal Espín y Gabriel Ledesma, al ex diputado socialista Abrés Ovejero a un anarquista apellidado Blanco y a un antiguo miliciano sindicalista vasco de apellido Oca. El quinteto de idealistas, en reuniones dominicales, fue plasmando la idea en proyecto y calculando hasta el menor detalle, desde la uniformidad a utilizar, los programas a cubrir, el régimen de vida y los gastos a soportar.

El resultado de los trabajos permitió a Girón declarar en Sevilla, el 25 de noviembre de 1950: “Vamos a crear gigantescas Universidades donde se formen, además de obreros técnicamente mejores, hombres de arriba abajo, capacitados para todas las contiendas de la inteligencia, entrenados para las batallas del espíritu, de la política, del arte, del mando y del poder. Vamos a hacer hombres distintos, vamos a formar trabajadores dentro de unos españoles libres y capaces. Vamos a hacer la revolución de los hombres y no la revolución de unas máquinas de rendir trabajo”.

Esto es lo que dijo y lo que fielmente recogieron los diarios de la época, lo que no sabremos nunca es que pasaba realmente por su cabeza, cuando pronunciaba esta arenga y menos todavía que es lo que diría, si hoy levantara la cabeza, al enterarse que Alfonso Guerra fue profesor de la Universidad laboral de Sevilla o que de este su proyecto salieron gente como Serrat o Perales, actores como José María Pou o Imanol Arias y poetas como Antonio Colinas y marginales como yo.

Lo cierto y real es que implementaron un tipo de becas que facilitaba a las familias el desprenderse de sus hijos, potenciales fuentes de ingresos familiares a una corta edad, ya que el estado se ocupaba de la totalidad de los costes de enseñanza; los viajes autorizados a y desde el centro de enseñanza; calefacción y alumbrado; lavado y entretenimiento de ropa; servicios médicos y farmacéuticos; y todo lo necesario para el aseo.

También se consideró muy importante el vestuario, que podría contribuir a marcar diferencias entre pobres y ...mas pobres, para evitarlo, con la beca se entregaba el siguiente equipo por alumno y curso:

Traje de diario (chaqueta, cazadora o jersey y dos pantalones).
Prenda de abrigo y dos pijamas.
Calzado (botas y zapatos de vestir).
Dos monos de trabajo, albornoz y equipo de gimnasia.

La primera Universidad Laboral que entró en funcionamiento fue la de Gijón durante el curso académico de 1955-1956. Al iniciarse el curso académico de 1956-1957 entran en funcionamiento tres nuevas Universidades Laborales: Sevilla, Córdoba y Tarragona. La gestión de estos centros de enseñanza se encomendó a las órdenes religiosas siguientes: la Universidad Laboral “José Antonio Girón” de Gijón, a los Jesuitas, la Universidad Laboral “Onésimo Redondo” de Córdoba, a los Dominicos y la Universidad Laboral “José Antonio Primo de Rivera” de Sevilla, a los Salesianos. Excepto la Universidad Laboral “Francisco Franco” de Tarragona que fue dirigida por personal civil afiliado al Movimiento Nacional.

En 1957 José Antonio Girón cesó en el Ministerio de Trabajo por presión de las fuerzas financieras que recelaban de su espíritu revolucionario y se quejaban del enorme gasto dedicado a obras sociales. Su sucesor, Fermín Sanz Orrio, se limitó a mantener las Universidades existentes. Luego, los Ministros tecnócratas Laureano López Rodó, Alberto Ullastres y Mariano Navarro Rubio, impulsados por el tandem Jesús Romeo Gorría (Trabajo) y Torcuato Fernández Miranda (Promoción Social) incluyeron en los sucesivos Planes de Desarrollo nuevas Universidades Laborales que siguieron el estilo grandioso de las anteriores. Las universidades laborales de los años sesenta se situaron en La Coruña, Ayuntamiento de Cullaredo; Alcalá de Henares (Madrid); Zaragoza (“Virgen del Pilar” para alumnado femenino encomendado a la Sección Femenina); Cáceres el primer año para alumnos y después siempre para féminas; Huesca; Eibar (Guipúzcoa) y Cheste (Valencia).

Aquel año del 68 fue muy intenso. Algunas de aquellas vivencias como aprobar primero de bachillerato, dejar el colegio Juan XXIII, conseguir entre tantísimos que se presentaron al examen la beca para la universidad laboral, las viví conscientemente y otras de las que por la edad ni te enterabas que estaban pasando pero pasaban, las he vivido o mejor entendido con la perspectiva del paso del tiempo.

España alcanzo un importante hito ganando el festival de Eurovisión con el “la, la, la...”, triunfaba en todas las emisoras la canción “Cuéntame” del grupo Formula V y “La vida sigue igual” de un tal Julio Iglesias...
Sin duda alguna de aquellas cosas que pasaban y algunos no nos enteramos por nuestra corta edad y otros muchos por la censura existente, la mas importante seria el mayo del 68 en Paris, del que ahora si se no solo que sucedió, también que pese a que muchos piensen que fue una revolución fracasada, que no pudo con el viejo orden establecido, nadie puede negar que fue un gran paso para transformar a la sociedad francesa y occidental: “Prohibido prohibir”, “Debajo de los adoquines esta la playa”, “El poder somos nosotros”... De estos eslogan vendrían pasos firmes en la liberalización de las costumbres, la disminución del totalitarismo en la enseñanza, una preocupación por el medio ambiente, la democratización de las relaciones sociales, la defensa de la paz en contra de las intervenciones bélicas y yo personalmente creo que una nueva forma y filosofía de vida de las generaciones herederas del mayo del 68.

Pasado el verano, llego a casa una carta notificando el día que tendría que viajar a Valencia, a la universidad laboral de Cheste. Las explicaciones eran claras y detalladas. Indicaban desde donde saldrían los autocares y a que hora, que ropa y papeles tendría que llevar y cual era mi numero de expediente. Este numero tenían que ponérmelo en toda la ropa que llevase de casa, a fin de tenerlo identificado... como el que marca una res para llevarla al matadero...




(Continuara..)

7 comentarios:

  1. hombre por fin!!!
    bueno,ya nos has situado, ahora a lo neto (por cierto,ya use yo alguna ropa con el numerito)

    ResponderEliminar
  2. ... Yo que decir, como bien dice JE SU LIN, a informarnos del otro contenido, que ahora ya estamos situados, yo tampoco cuento que mi padre estuvo alli durante años trabajando para que luego salieran grandes personas, como tú, ¡¡¡¡MARTINILLO!!!,. Bueno que me encanta que vuelvas a sentirte con ganas de escribir un ratito, y sigamos enterandonos de esta vida tan movida que tuviste, has seguido teniendo y tendras durante muchos años. Esque no has parado, si es cierto que este último años 2009 ha sido el mas parado de tantos años.
    Muy buen grupo FORMULA V ...////cuentame como te ha ido.../// muy buena BSBSBSBS

    ResponderEliminar
  3. Bien, bien, ya estamos en situación, me gusta mucho como narras y que conste que no es peloteo, es que no solo se entera una de tus andanzas sino que nos situas muy bien en la época, no me hubiese imaginado nunca que el Sr. Giron, contara con un socialista, un anarquista, un miliciano etc. para este proyecto de las universidades, para que tú veas.
    Por cierto, lo de la carta si es guardar reliquias, joder hace 40 años.

    ResponderEliminar
  4. BIEN,POR FIN,ASI ME GUSTA QUE VOLVAMOS A RECUPERAR A TREMENDO ESCRITOR,DESEANDO OTRO CAPITULO ESTE NOS SITUA MUY BIEN COMO OPINA EL RESTO,PERO A MI ME A PARECIDO MUY CORTO,ESPERO QUE SIGAS PUES ESTA PARTE DE TU VIDA EN LAS UNIVERSIDADES ME LA IMAGINO INTERESANTE
    SALUDOS A TODOS

    ResponderEliminar
  5. Yo estudie en Zamora en el año 1964 Transformacion
    El 8 de Mayo nos reunimos en la antigua laboral de Alcala despues de 46 años

    Un saludo

    Luis

    ResponderEliminar
  6. este tio es de un programa radiofonico que se llama hablar por hablar.
    yo estuve en la laboral de cordoba desde el año1958 y se esta muy bien,la señal es que nos acordamos y nos echamos de menos y por eso nos reunimos todos los años,y ninguno se queja de entonces y eso que a mi me dieron alguna paliza que otra

    ResponderEliminar
  7. Yo también pasé por el colegio Juan XXIII antes de ir a Cheste.

    ResponderEliminar