jueves, 9 de septiembre de 2010

...el proximo año sera...!!!


Vi en la pagina de “LO MEJORDESEGOVIA” la noticia del concurso literario de relatos cortos que la ciudad de Pedraza realiza cada año y estuve tentado... Eran cuatro folios a una cara, para antes del día 10 de septiembre...¡¡¡Para mañana!!!. A mi ya no me da tiempo, pero ahí van casi tres folios por si alguien quiera acabar la historia y presentarse. Lo único que si gana, se invite a unas cañas... en Pedraza a poder ser...

“El carruaje se adentraba a buen ritmo por la vereda entre dos cerros. Sobre el de la derecha se mostraba desafiante la imponente torre del homenaje, que sobresalía de las murallas del castillo propiedad del Condestable de Castilla y Duque de Frías. Ya se divisaba Pedraza. Después de haber recorrido poco mas de nueve leguas de posta que la separaban de la capital, el conductor del carruaje se aproximaba al único acceso a la villa.
El portón de álamo negro se encontraba abierto bajo la barbacana que defendía la única puerta de entrada a la villa, sirviendo también de cárcel y de refuerzo en ese punto a la perimetral muralla. Sobre el portón, se podía observar ya con nitidez el escudo de armas de los Fernández Velasco. No tardo mucho en atravesar la entrada y llegar a la plaza del ganado, su punto de destino.
Al bajar del carruaje, girando sobre sus pies, recreo su mirada por entre los soportales, elevándola después para poder alcanzar la esbelta torre de la iglesia de San Juan Bautista. Con sus pertenencias en la mano, puso rumbo hacia la taberna que se encontraba en la plaza, a pocos pasos de donde finalizo el viaje.
Su porte era elegante y viril. La juventud de Rodrigo y el tiempo pasado en la corte, le daban una llamativa belleza que atraía sin querer la mirada de los que a esa hora de la tarde merodeaban por la plaza, haciéndole sentirse observado.
Necesitaba comer algo y descansar, ya eran muchas horas de la ultima parada en una venta del camino. Había llegado a Pedraza para tomar posesión de su destino.
La taberna estaba repleta de hombres. El vino y el cordero corría de mesa en mesa, entre gritos y carcajadas. Conocida era la fama de los vinos y los asados de la comarca, pero allí se bebía y se comía como si el mundo se fuese a acabar esa misma noche.
El tabernero, al verlo entrar, hizo gala de su maestría y conocimiento de su negocio. Intuyendo que debía de tratarse de alguien relevante, lo acompaño desde la entrada hasta una mesa que acababa de desalojar y limpiar.
- ¡Bienvenido caballero!. Usted me dirá en que puedo servirle.
- Necesito cenar algo y una cama donde pasar la noche.
- Esta usted en su casa. En un momento le serviré una sopa, cochinillo y vino de Pedraza para que lo riegue...– le dijo el tabernero, acercándose a su oído para que pudiesen oírse entre tanto alboroto, esbozando una sonrisa y sin peder la compostura prosiguió – Una vez que haya terminado y si me lo permite, le mostrare uno de los cuartos, que espero sea de su gusto para descansar esta noche.
- Me parece bien.
El tabernero se retiro por entre las mesas, dirigiéndose hacia la cocina. No le había dado tiempo a Rodrigo de recorrer visualmente las distintas mesas para fijarse algo mas en los que en ellas estaban y la escalera que subía a la planta de arriba, cuando la joven hija del tabernero le estaba poniendo sobre la mesa un trozo de pan, el vaso y una jarra de barro con el vino.
Rodrigo pudo comprobar como al mirar a la muchacha, esta se ruborizaba dejando escapar una sonrisa que ponía al descubierto una hilera de preciosos dientes blancos perfectamente alineados. Estuvo lento cuando ante tanta belleza, quiso corresponder con otra sonrisa. Llego tarde. La joven tabernera había dado la vuelta rápidamente encaminando sus pasos hacia la cocina, como quien busca refugio ante un peligro inminente. También estuvo lento al no percatarse que el encuentro había sido observado con minuciosa atención por parte del padre de la muchacha.
Pedraza pasaba por un buen momento. La agricultura, la ganadería y el comercio, después de tantos tiempos convulsos siendo frontera entre las tierras moras y cristianas, comenzaban a aportar tranquilidad y maravedíes a sus habitantes. Recientes leyes reglaban la convivencia, las transacciones, las multas y los castigos para quien las incumplían.
Rodrigo, vencido por el cansancio del viaje tardo poco en caer dormido.
Abajo, en la calle la oscuridad de la noche daba cobertura a los que se arriesgaban a burlar la ley.
Seria media noche cuando Rodrigo se despertó sobresaltado por un grito desgarrador que se coló por la ventana del cuarto. Al asomarse para ver que estaba pasando, pudo observar como la muchacha de la taberna tenia en su regazo a un hombre que sangraba y a dos o tres que se alejaban corriendo. Los llantos ahogados de la tabernera consiguieron que se vistiera y bajara a auxiliarla en un tiempo record.
- ¡Dios mío! ¡Pero que es esto...! – exclamo Rodrigo al llegar donde se encontraba la muchacha con su padre en los brazos y un reguero de sangre en el suelo.
- ¡Ayudadme... por Dios ayudadme...! – contesto la hija del tabernero entre sollozos.

Una vez consiguieron arrastrarlo al interior de la taberna, se dieron cuenta que la vida se le había ido con la sangre que no paraba de brotar de su pecho. Al tumbarlo en el suelo se cruzaron sus miradas para sin mediar palabra, hablarse con los ojos. Uno queriendo saber que es lo que estaba pasando y otra temiendo tener que contar como se había llegado a tan fatal desenlace. El tenso silencio no podía prolongarse un segundo mas.
- ¿Sabes quien ha sido? – espeto Rodrigo con una mezcla de desconcierto y rabia.
- No. Cuando oí sus gritos y salí, los que le habían atacado salieron huyendo y no pude ver sus caras.- contesto secándose las lagrimas la muchacha.
- ¿Quién podía querer verlo muerto? – el silencio de la muchacha ante la pregunta de Rodrigo, hizo que este dudase entre si no quería decirle lo que ella sabia o realmente no sabia nada de lo que estaba pasando - ...Debemos denunciar ante la justicia...
- ¡No! ...¡Por favor! – le atajo mirándole fijamente a los ojos – Si lo denunciamos, correré peligro yo también.
- No lo entiendo. ¿Qué quieres decir con que correrás peligro tu?
- ...Mi padre estaba metido en negocios sucios. Estaba comprando vino de fuera de la comarca a precios muy bajos, para despacharlos como vino de Pedraza.
- Pero eso va contra la ley. ¿Quién mas conoce lo que estaba haciendo tu padre?
- No lo se. Soy su única familia y nunca me contaba nada... Si lo denunciamos podrían cerrar la taberna y no tendría ni donde ir, ni como ganarme la vida. ¡Por dios ayúdame...!
Rodrigo no daba crédito a lo que estaba viviendo en sus primeras horas en Pedraza. Estaba cansado del viaje y aturdido tanto mas que por el suceso como por la belleza de la tabernera. En su cabeza se agolpaban ideas, sensaciones y el vértigo de verse involucrado en una complicada situación para la cual no tenia claro como actuar.
Las primeras luces de la mañana ya inundaban la estancia, cuando...”

4 comentarios:

  1. ¿pero como que no te ha dado tiempo?

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  2. Eres un "rajao" jodio, si tenias tiempo de sobra, con lo bien que ibas, tengo que decirte que nos dejas siempre con la miel en los labios, esta muy bien, yo creo que al menos deberias acabar la historia para nosotros, guapo, que escribes muy bien, deberias hacerlo.

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  3. Que fuerte no me creo que dejes eso asi padrino, yo creo despues de leer esto que aunque podamos participar todos tu y solo tu que ya as escrito tanto debes acabarlo porque esta muy chulo, animo y el año que viene no te rajes. Besitos

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  4. Cada artista tiene su arte su historia, y por eso a muchos se les conoce, ""El MARTIN"" es el artista inacabado esto quiere decir que nunca acaba sus obras, el dia que las acabe sera la leche, le da miedo darse a conocer porque luego tiene que ir a AR, SALVAME DIARIO, DE LUX, DEC, DONDE ESTAS CORAZON, INTERVIU con desnudo etc,etc,etc le entendeis ...no... Bueno yo tambien quiero que lo acabes por favor danos el gusto a estos pobres intelectos que nos encantas y nos haces que nos enganchemos a tus historias tienes un encanto especial a la hora de narrar, no nos dejes con la miel en los labios. Gracias

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